jueves, 25 de febrero de 2010

Los españoles no velan armas



Primero fue Feliciano, ahora han sido Verdasco y Ferrero. Los españoles han ido conquistando diversos títulos en este principio de temporada. Falta el nombre, claro, de Rafa Nadal, lastrado por las lesiones. No obstante, el inicio de temporada de los españoles ha sido notable. No muy buena actuación en el Open de Australia, es cierto, pero en torneos menores los españoles están demostrando la buena salud de que sigue gozando el tenis patrio. Mención honorífica merece la victoria de Verdasco en San José, el torneo más antiguo de Estados Unidos, ante nada más y nada menos que Roddick. Esta victoria le ha devuelto a los puestos de honor de la ATP, y se verá, probablemente, mejorado si culmina la buena semana que está realizando en Acapulco. La victoria de 'Feli' ya queda más lejos, pero la racha de Ferrero es impresionante. 10 partidos ganados en 15 días. Vive una enésima juventud el de Ontinyent, que ha vuelto de manera espectacular al top 20 y amenaza con seguir subiendo mientras dure la temporada de tierra. Ya es el tercer mejor español rankeado, lo que no es poco, y ha superado a su amigo y copropietario del Open de Valencia, David Ferrer, por lo que volverá a ser, seis años después, el número 1 de la Selección Española de Copa Davis. Al parecer, los soldados españoles están respondiendo y manteniendo el honor de los tercios en las batallas en el extranjero. Ahora sólo falta que vuelva el capitán, el Gran Capitán para ponerse a la vanguardia del regimiento y lo lidere hacia una nueva victoria memorable. Aquellos tercios invencibles que conquistaron Europa con Carlos I y Felipe II bien se pueden comparar (mucho mejor metáfora que la Armada, que se hundió antes de empezar) a nuestras fuerzas tenísticas. Aquellos tercios tocaron a su fin en Rocroi. Los españoles están demostrando que aún no les ha llegado el suyo, que aún faltos de la cabeza visible, siguen, raqueta en ristre, conquistando plaza por plaza en su gira americana. El objetivo, a corto plazo, es hacerse con la ciudad de la Bastilla, la ciudad de la Philipe Chatrier, un bastión otora inexpugnable que los españoles ya hemos rendido en varias ocasiones. Pero para eso necesitamos que el Capitán lidere las huestes. Y ahí estará...


No hay comentarios:

Publicar un comentario