Épico, guerrero, luchador, roca, fuerza: Rafa Nadal. Ese es el resumen de su partido. Pero vayamos por partes.
El primer encuentro del día enfrentó a dos de los jugadores del grupo de Nadal: Tomas Berdych, sexto sembrado, y Novak Djokovic, tercer sembrado.
No tuvo mucha historia la primera disputa tenística del día. 'Nole' pasó por encima del checo como quien barre la puerta de su casa. El debutante pagó sus nervios y no pudo asentarse sobre el cemento del O2 Arena. Es más, parecía con más ganas de largarse de la pista que de jugar el partido nada más saltar a ella. Se le hizo grande el torneo. A ver sí se serena para subirse a las barbas de Roddick un poquito, y no de Nadal.
En todo caso, al serbio le salieron las cosas redondas. Victoria rápida, con la tercera marcha nada más, partido corto y fuerzas administradas para la Davis. 6-3 y 6-3 para Djoko y a casita a descansar.
En el otro partido del grupo, el que acaba de finalizar, todo lo contrario. Hubo que llegar al tercer set para dirimir al campeón.
Andy Roddick comenzó sacando de la pista a Rafa con sus misiles. Su saque es peligrosísimo en el cemento londinense. La bola se acelera muchísimo y Roddick se adapta perfectamente a esta superficie. Le pasó por encima al manacorí. Pero, le pese a quien le pese, Rafa es demasiado Rafa.
Con una pista en contra, un juego que no le beneficia y menos ritmo de competición que su rival, pudo levantarse. El segundo set empezó mal para él. Roddick le volvió a romper el servicio y parecía que el encuentro tenía poca historia. Sin embargo, Nadal no pierde ningún enfrentamiento hasta la última bola. Y hoy lo ha demostrado con creces. Cogió la manija del partido y se hizo con él otra vez. Devolvió el break, gritó su "¡Vamos Rafa!" (cada vez menos corriente, y cómo lo echábamos de menos) y se fue a por el partido. Forzó el tie-break en el segundo set a base de correr y correr y correr y aguantar las embestidas y los saques de Roddick. Y, a pesar de que también empezó mal en el Tie-Break, es harto complicado ganarle en estas ocasiones. Se hizo con la muerte súbita con un juego excelso y se dispuso para el tercer set.
Un tercer set igualado, pero en el que Rafa ya encaraba el partido de otra manera. Como a él le gusta, con el viento de cara y la confianza de su parte. Después de haber superado una situación adversa, el español venía crecido, logrando puntos de bella factura. No tardó en romper el saque de su rival, Roddick, que no sabía cómo ganarle los tantos. Cada vez tenía que arriesgar más, porque Nadal estaba omnipresente y llegaba a todo. Y esa es la causa de la pérdida de seguridad de Roddick y la bajada de sus porcentajes en sus servicios y sus winners. Al tener que jugar al límite para conseguir cada punto, es más fácil fallar. Roddick lo sabía, y era su losa. Nadal lo sabía, y eso le espoleaba: tenía todo a favor.
Así las cosas, se plantó Nadal con 5-3 y saque de Roddick. El estadounidense pudo hacer el juego sin muchas dificultades. Y, al juego siguiente, 5-4 y saque para Nadal, la hora de cerrar el partido.
Un juego que se hizo largo para Nadal, un juego para conseguir su primer partido en la Copa Masters en Londres. Le costó, pero ahí está. 3-6 7-6 y 6-4. Nadal ha conseguido una victoria trabajada. Un partido que se le complicó en el primer set. Pero Rafa es mucho Rafa, es el número uno y le gusta demostrarlo. Se agarró a la pista y pudo vencer al número 8 del mundo, lo que le sirve para afianzar su juego, ganar confianza y mandar un aviso a navegantes: El primero ha caído.
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