Hoy comienzan las finales de la ATP. Hoy se dirime el título de Maestro de la temporada 2010. Esta tarde comienza el camino hacia el último título importante de la temporada (del circuito ATP, claro). Después de analizar uno por uno a los contendientes, ahora ha llegado la hora de dar mi postura al respecto.
Arriesgarse a decir cuál de ellos va a ganar, cuál de los mejores 8 tenistas del mundo llega más en forma a esta cita, a cuál le beneficia más la pista dura, cuál está más motivado es una tarea casi imposible. Todos tienen un tenis excepcional, muestra de ello es su presencia en Londres pero, en mi opinión, entre los favoritos hay algunos más favoritos que otros.
Las apuestas no se deciden a dar dicho favoritismo a Nadal o a Federer, seguidos de Murray, que tiene una buena cuota por jugar en casa. Por detrás, cuesta ponerse de acuerdo en quién es más o menos candidato a alzarse con el triunfo. Sin embargo, suele coincidir que Berdych y Ferrer sean los que tienen la cuota más alta, es decir, a los que menos posibilidades les otorgan de conseguir la machada.
Sin embargo, yo no estoy de acuerdo. Para mí, y posiblemente me equivoque porque tratar de predecir un partido de tenis es imposible, el menor favorito a ganar en Londres es Djokovic. No por su tenis, ni porque llegue en un momento malo de forma, sino porque él mismo ha declarado que la final de la Copa Davis que dentro de 15 días disputara en Serbia contra Francia tiene prioridad sobre la Copa de Maestros. Y un jugador que se enfrenta a un top-8 sin poner toda la carne en el asador tiene escasas posibilidades.
Tampoco creo que Berdych sea un candidato real al título. Su envergadura, su saque y su agresividad pueden ser, desde luego, una posibilidad para vencer en Londres. Pero no creo que sea así. El juego de Berdych exige un estado de forma expcecional, una regularidad que dure una semana o más y, además, frente a jugadores atezados como Nadal o Ferrer, acostumbrados a este tipo de juego. No, no creo que Berdych sea un firme candidato al título.
Me siento inclinado a pensar que David Ferrer va a ser la sorpresa positiva del torneo, tal vez no ganando pero sí llevando a cabo un buen torneo. ¿Por qué? Bueno, tal vez me tiren un poco las ganas que tengo, pero también porque se que es un jugador que llega con las expectativas de haber hecho ya su trabajo, sin presión, a disfrutar del tenis. Porque sabe agarrarse a la pista y luchar y adaptarse al cemento y porque es el segundo jugador que más partidos ha ganado este año, empatado con Federer y sólo por detrás de Nadal.
Entre el resto de jugadores, la verdad es que está igualadísimo. Nadal y Federer siempre parten con un poco de ventaja. Tal vez Murray también, en esta ocasión, por jugar en casa y por tener el aliciente de recuperar el cuarto puesto en detrimento de Soderling, que también comparece en gran estado de forma. Y, por supuesto, Andy Roddick, un sacador nato, que se desenvuelve de maravilla sobre el cemento y que tiene el peso de la experiencia sumado a sus grandes cualidades técnicas.
Entonces, ¿con cuál me quedo? Difícil. Pero me voy a arriesgar. Consciente de que no será así y estaré deplorablemente equivocado, me la juego por Rafa Nadal. Rafa, al que esta superficie no le va. Rafa, que ha jugado, posiblemente, más partidos que nadie esta temporada. Que lo ha ganado casi todo. Que no tiene que demostrar nada. Y, precisamente por eso, va a salir a por todas en la pista. Me imagino a Nadal, en un sofá, mordiéndose las uñas mientras veía a sus rivales sumar puntos en París y estar ansioso por saltar a la pista de nuevo, una vez recuperado de sus molestias en el hombro. Y ese Nadal, descansado psicológica y físicamente, es terrible. Sólo le queda este título grande por ganar. Sería el primero en obtener US Open, Wimbledon, Roland Garros y, además, la Copa Masters en una sola temporada. Y dice que lo malo es que la bola bota poco. Como ha dicho esta mañana el gran @CharlyMoyá en Twitter, en ningún sitio bota menos que en Wimbledon, y miren quién ganó allí. Demasiados alicientes como para que este devora-títulos lo deje pasar. Por eso apuesto por Nadal, aunque sea el tópico y lo más fácil.
Y, además, apuesto también porque Federer va a llegar a la final para enfrentarse con él. ¿Por qué? Tal vez porque llevan meses sin ofrecernos el mejor partido de tenis que puede verse en el mundo. Tal vez porque todos tenemos ganas de que sigan aumentando la leyenda de esta increíble rivalidad. Tal vez porque Roger no se conformará jamás con el segundo puesto y su calidad, su tenis y su talento le permiten llegar a la final de una Copa de Maestros sin despeinarse poco menos. Además, ha realizado un notable final de temporada.
Para las semis, es decir, mi apuesta por los jugadores que van a pasar de ronda es la siguiente: Andy Roddick en el grupo de Nadal y David Ferrer en el grupo de Federer. ¿Las ganas que tengo? Sí, tal vez. Pero es que en el grupo de Nadal, Djokovic se va a reservar para la Davis y a Berdych lo veo inferior a Roddick. Y en el grupo de Federer, Ferrer necesitará poco menos que un milagro para pasar, pero el de Jávea está más que acostumbrado a obrarlos. Y, qué cojones, se lo merece.
Ahora esperar que al menos una de mis predicciones sea correcta (lo cual sería increíble). Sólo es la opinión de un maníaco del tenis. Seguramente, terriblemente equivocada. Pero bueno, ahí la dejo.
La cuestión es que esta tarde comienza uno de los torneos más apasionantes del año. Os dejo un magnífico gráfico de Marca.com al respecto.
Sentémonos y disfrutemos de este último torneo antes de que termine la temporada, de los mejores 8 jugadores del mundo luchando por el último entorchado, de sus postreras reservas de tenis, con las que quieren (y esperemos que lo consigan), deslumbrarnos más que los focos del O2 de Londres.
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