miércoles, 28 de octubre de 2009

La biografía de Agassi promete ser 'cristalina'.



Uno de los grandes 'bad boys' del tenis, André Agassi, tiene previsto publicar el próximo 9 de noviembre una biografía que responde al título de 'Open: an autobiography'. Unos días antes se han filtrado algunos de los temas que el estadounidense ha incluido en el texto. Como era de esperar, nos encontramos ante una novela que va a rozar el escándalo en muchas afirmaciones y que ha soltado un bombazo de consecuencias imprevisibles.

El ex número uno del mundo, nacido en Las Vegas, André Agassi, jugador que empezó su carrera vistiendo vaqueros y luciendo pendientes y melena y la terminó con la cabeza rapada, va a seguir fiel a su estilo: no va a dejar a nadie indiferente con la publicación de su autobiografía.
'Open: an autobiography' será publicada el 9 de noviembre por el tabloide inglés 'The Times', pero ya conocemos las dos mayores bombas que encontraremos en sus páginas, gracias a varias publicaciones estadounidenses.
Por un lado, André Agassi ha reconocido haber consumido cristal durante el año 1997, en el que su nivel tenístico dejó mucho que desear, y por el otro ha asegurado que, en realidad, nunca le gustó el tenis y tuvo que jugar presionado por su padre. Lo primero es realmente sensacionalista, lo segundo es casi irónico. Si fue número uno del mundo y uno de los tenistas más laureados de todos los tiempos sin gustarle el tenis, imagínense si al chaval le hubiera apasionado...
En cuanto al cristal, y siempre según ha asegurado el propio André Agassi,
pasaba por un mal momento de forma en su juego y se debatía entre casarse o no con la actriz Brooke Shields. Todo este estrés y esta crisis, unida a la inestimable colaboración de su ayudante, al que nomina como Slim, le hizo caer en las drogas. Concretamente en la metanfetamina de cristal, vulgarmente conocida como Gack o cristal. El tenista afirma en sus líneas que fue su ayudante quién le incitó: "¿Quieres conseguir elevar el ánimo conmigo?, con el Gack'. Le pregunté qué era el Gack y él me contestó que era metanfetaminas de cristal". No contento con eso, se recrea en la sensación que dicha droga le produjo: "Slim cortó un poco de droga en la mesa y la esnifó, después cortó más y la esnifé yo. Me fui al sofá y consideré que había cruzado el Rubicón. Tras un instante de arrepentimiento llega la euforia, se lleva todos tus pensamientos negativos. Nunca me había sentido más vivo, más esperanzado y con tanta energía". Las palabras hablan por sí solas. Hace unos días abría un post con historias de tenistas, algunas de las cuales se habían hundido por causa de la droga. Bien, Agassi no se hundió, logró recuperarse tras ese mal año. Pero lo que hizo para evitar las consecuencias de sus actos fue aún peor. No contento con snifar, cuando fue descubierto por un médico de la ATP decidió que aquello no iba a acabar con su carrera. Así las cosas, bloc de notas en mano, mintió a la máxima organización internacional de tenis y, con un bulo de dimensiones gigantescas (echó la culpa a Slim que, supuestamente, mezclaba la droga con refrescos y el se había equivocado al coger uno) que, no obstante, consiguió su objetivo: la ATP archivó el caso. Ahora es el propio Agassi el que relanza el caso, sabedor de que la sanción de tres meses que le habría supuesto en su momento y el desprestigio que se deriva del escándalo no le va a afectar en su retiro. También reconoce en su libro, tal vez en un intento de redención, que después le entraron los remordimientos: "Estaba preso de un deseo desesperado de limpiar. Fui llorando por mi casa, la limpié de arriba a abajo. Quité el polvo de muebles, limpié bañera e hice hasta las camas". Lágrimas de cocodrilo de uno de los últimos ídolos del tenis. No descubrimos nada al decir que va a pasar a ser, como tantos otros, miembro del club de los ídolos caídos.


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