En apenas 24 horas comienza la temporada de World Pádel Tour. Una temporada que comienza tarde, con un calendario pequeño y corto, a pesar de que muchos se empeñen en señalizar lo contrario.
Al parecer, el calendario de World Pádel Tour 2021 es muy ambicioso. Eso es lo que no se cansa de decir todo el mundo. Intenso, con muchas pruebas, espectacular, más grande que nunca...
En mi opinión no es así. Por un lado, se presenta como un calendario con 27
pruebas, aunque eso es muy rebatible: una de ellas es una exhibición, otras dos
son torneos de la FIP (europeo y mundial), otro es el Máster final y otros 6
son de categoría challenger.
Calendario difundido por la propia organización de WPT. Fuente: WPT |
Es decir, de las 26, 1 no puntúa y en otros 9 no pueden
participar todos, lo que en realidad nos deja 17 pruebas abiertas a todos los
jugadores.
Puede parecer mucho, pero si lo comparamos con otros
deportes similares como el tenis, el tema palidece: los tenistas pueden acceder
a un total de 69 torneos de este tipo (más Juegos Olímpicos, Laver Cup, ATP
Cup, Nitto Finals y challengers, que sumarían una ingente cantidad más).
Todo esto se debe, con seguridad, a ese extraño pensamiento
de que todos los jugadores deben jugar todos los torneos, y a que sólo haya dos
categorías abiertas: open y máster. Este factor no permite abrir un abanico
mayor. Esto provoca la singularidad de cada torneo, que no se pisa con ningún
otro, y así las condiciones son muy exclusivas para el organizador, que cobra
cánones a precio de oro a las sedes que quieren visibilidad y llevar a cabo una
prueba. Como dicen en Star Wars, pero modificándolo un poco: bueno, si éste es
el camino…
Por otro lado, se habla de la manida internacionalización
del pádel. Si bien ésta no llega por si sola y está costando mucho, poco o nada
está haciendo World Pádel Tour por ella. Estas 27 pruebas se celebran en un
total de sólo 6 países en el mundo, y
tan sólo dos continentes. Por si este dato no habla por sí solo, además hay
que señalar que 22 de esas pruebas se disputan en el mismo país. Poca altura de
miras y cortoplacismo son los términos calificatorios que me vienen a la mente. Así puede llenarse la boca hablando de televisiones y Juegos Olímpicos todo lo que queramos, que no será más que eso, pura charla especulativa. Qué pena.
Afortunadamente, la irrupción del circuito de la FIP ha
abierto algo la mano y demostrado que existe vida fuera de España. Los
recientes torneos en Roma y Catar así lo atestiguan, y los que vendrán en un
futuro: 59 torneos, 19 países, torneos repartidos, con preponderancia – como es
lógico – de España o Italia, pero con diferentes opciones que permiten expandir
la competición por el mundo. Nadie jugará todos los torneos, y no pasará nada.
Muchos jugadores vivirán la competición internacional de primera mano, algo que
es lo que se exige también de World Pádel Tour en su – presunta – labor de
promoción e internacionalización. El pádel llega a Japón, USA, Holanda, Alemania, Italia, España, Paraguay, Brasil, Uruguay, Lituania, Chile... Al parecer no era tan difícil. Punto positivo para la FIP, a la que solo le
falta mejorar en comunicación: unas transmisiones en streaming fabulosas a las que les falta más promoción, prensa,
redes sociales, vilarización y visibilidad, pero que es algo espectacular.
Por último, una temporada que empieza en abril y termina el
5 de diciembre salvo para 32 elegidos/as no es de recibo. Muchos meses de
pretemporada, muchos meses sin competición y poca presencia en la era de la
inmediatez, en la que ayer ya es tarde y está olvidado. Las redes sociales, el
mundo online genera actualidad día a día. Creo que es el momento de expandir
calendario, de generar volumen y darse a conocer.
Seguro que existen muchos motivos para no hacerlo, y que
algunos los esgrimen desde las oficinas de World Pádel Tour. Yo los llamo
excusas.
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